"EL BÉ DE LA HUMANITAT HA DE CONSISTIR EN GAUDIR AL MÀXIM DE LA FELICITAT QUE ES PUGUI,
SENSE DISMINUIR LA DELS ALTRES." 



Un ser humano es parte de un todo al que llamamos "universo», una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Este ser humano se ve a sí mismo, sus pensamientos y sensaciones, como algo separado del resto, en una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es para nosotros como una cárcel que nos limita a nuestros deseos personales y a sentir afecto por unas pocas personas que nos son más próximas. Nuestra tarea ha de consistir en liberarnos de esta cárcel ampliando nuestros círculos de compasión de modo que abarquen a todos los seres vivos y a toda la naturaleza en su esplendor.

Albert Einstein

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COMPARTIENDO LA LUZ

Hu-Song, filosofo de Oriente, contó a sus discípulos la siguiente historia:

"Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo, y uno de ellos logró encender una pequeña tea. Pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendieran su propia tea y así compartiendo la llama con todos la caverna se iluminó".

Uno de los discípulos preguntó a Hu-Song: ¿Qué nos enseña, maestro, este relato? Y Hu-Song contestó: Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que por el contrario la hace crecer.

El compartir nos enriquece en lugar de hacernos mas pobres. Los momentos más felices son aquellos que hemos podido compartir. Que Dios nos dé siempre la luz para iluminar a todos los que pasen por nuestro lado.

La verdadera amistad es flor que se siembra con honestidad, se riega con afecto y crece a la luz de la comprensión. De igual modo si iluminas tu corazón con amor, puede que ilumines a otro corazón, así se pueden llegar iluminar a miles de corazones con amor.

Ángel Paz