"EL BÉ DE LA HUMANITAT HA DE CONSISTIR EN GAUDIR AL MÀXIM DE LA FELICITAT QUE ES PUGUI,
SENSE DISMINUIR LA DELS ALTRES." 



Un ser humano es parte de un todo al que llamamos "universo», una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Este ser humano se ve a sí mismo, sus pensamientos y sensaciones, como algo separado del resto, en una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es para nosotros como una cárcel que nos limita a nuestros deseos personales y a sentir afecto por unas pocas personas que nos son más próximas. Nuestra tarea ha de consistir en liberarnos de esta cárcel ampliando nuestros círculos de compasión de modo que abarquen a todos los seres vivos y a toda la naturaleza en su esplendor.

Albert Einstein

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El poder del sonido



“En el principio fue el Verbo”, dice el Viejo Testamento, refiriéndose al sonido como fuerza creativa del Universo.



El sonido “AUM“, pronunciado generalmente como “OM“, se considera en la tradición hindú, el sonido impulsor de la formación del universo. Y la teoría del “BIG BANG”, la más aceptada actualmente acerca de la creación del universo en los ámbitos científicos, hace referencia a la gran explosión que originó la totalidad cósmica en permanente expansión.

Todo el universo está formado por átomos. Cada átomo está constituído por un núcleo (neutrones y protones) y un electrón o grupos de ellos que giran alrededor del núcleo, así como los Planetas lo hacen alrededor del Sol. El movimiento giratorio de los electrones da lugar a un pulso que crea una onda factible de ser percibida por nosotros como forma o materia.

Cuando los electrones de un cuerpo se mueven por causas mecánicas, se produce el Sonido. Esto implica que cada electrón de cada sustancia en la medida que posee movimiento, produce sonido, aunque no lo percibamos con nuestro oído. Igualmente, en la medida que cada elemento constitutivo del Universo posee movimiento, produce sonido y esto es lo que Pitágoras denominó “MUSICA DE LAS ESFERAS”.